Mientras buscamos las virtudes... un extracto de la entrevista:
R. Depende de muchas circunstancias. Lo primero que hay que mirar es el interés del menor. Siempre es mejor que esté en una familia que en un orfanato, y es verdad que hay muchos tipos de familias distintas [las fundadas por un hombre y una mujer, por dos hombres, dos mujeres, tres mujeres, dos mujeres y un hombre, un perro y su amo, dos gallinas y un canario, etc.], hay que buscar la mejor para el menor [desde una óptica no confesional por supuesto]. La ley dice lo que dice y está para cumplirse, aunque mi partido la ha recurrido.[Curioso que si están para cumplirse se reformen cada dos por tres. Que yo sepa ningún defensor de la despenalización de los delitos actuales de aborto ha sido detenido ni encausado por apología del delito. En estos casos la ley no está para cumplirse sino para lo contrario y así una vez incumplida se justifica su modificación para adecuarse a la realidad imperante].
P. ¿Está en contra del aborto?
R. Para mí no es un debate aborto sí o aborto no [sino todo lo contrario]. Estoy a favor de que las mujeres que esperan un hijo tengan la mayor ayuda posible para poder tenerlo [solo faltaba que las obligases] que no se sientan solas [pues solas se van a quedar si deciden no tenerlo]. Pero también creo que tenemos una ley de despenalización de algunos casos [imaginense que se refiriera a la esclavitud, cámaras de gas, campos de concentración...] que están bastante admitidos por la sociedad española y deben mantenerse.
P. Con su condición de madre soltera defensora del divorcio exprés, por ejemplo, tuvo problemas en Castilla-La Mancha con Cañizares, arzobispo de Toledo. ¿Cree que el PP está demasiado condicionado por la Iglesia?
R. El PP es un partido aconfesional [en realidad es confesionalmente ateo]. Otra cosa [curiosa] es que haya muchos católicos que [todavía] votan al PP y que en el PP haya muchos católicos [es ya de coña], las dos cosas. Yo soy católica practicante [entiéndase en prácticas], con mis defectos y mis virtudes. Pero el PP no está condicionado por nadie [ni tú tampoco por tus supuestas creencias según parece].
Pues por mi parte, aunque no soy partidario del debate comunión sí comunión no para políticos abortistas, sí que considero que las normas vigentes del Magisterio de la Iglesia deben mantenerse por el apoyo que tienen de lo más alto:
Código de Derecho Canónico:
"915 No deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave."
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia de Juan Pablo II (37)
"El juicio sobre el estado de gracia, obviamente, corresponde solamente al interesado, tratándose de una valoración de conciencia. No obstante, en los casos de un comportamiento ex- terno grave, abierta y establemente contrario a la norma moral, la Iglesia, en su cuidado pastoral por el buen orden comunitario y por respeto al Sacramento, no puede mostrarse indiferente. A esta situación de manifiesta indisposición moral se refiere la norma del Código de Derecho Canónico que no permite la admisión a la comunión eucarística a los que « obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave ».(76)
Exortación Apostólica Postsinodal Sacramentum Caritatis:
"Coherencia eucarística
83. Es importante notar lo que los Padres sinodales han denominado coherencia eucarística, a la cual está llamada objetivamente nuestra vida. En efecto, el culto agradable a Dios nunca es un acto meramente privado, sin consecuencias en nuestras relaciones sociales: al contrario, exige el testimonio público de la propia fe. Obviamente, esto vale para todos los bautizados, pero tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas.[230] Estos valores no son negociables. Así pues, los políticos y los legisladores católicos, conscientes de su grave responsabilidad social, deben sentirse particularmente interpelados por su conciencia, rectamente formada, para presentar y apoyar leyes inspiradas en los valores fundados en la naturaleza humana.[231] Esto tiene además una relación objetiva con la Eucaristía (cf. 1 Co 11,27-29). Los Obispos han de llamar constantemente la atención sobre estos valores. Ello es parte de su responsabilidad para con la grey que se les ha confiado.[232]"
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