Ignacio Arsuaga, presidente de HO, publica hoy unas encuestas en su blog en que revelan que el PP aventaja al PSOE cinco puntos en intención de voto (publicada en ABC). También una encuesta de SIGMA que mostraría que el rechazo a la ley Aido ha crecido de un 45% a un 60%. El blogger atribuye el cambio en estos datos al éxito de las campañas por el "Derecho a Vivir" organizadas por HO y otras plataformas sociales. Museros ya lo ha comentado en su blog que titula "Certificados de Servicios Prestados".
Dejando de lado la encuesta sobre el rechazo a la Ley Aido (en lo que sí puede tener incidencia las movilizaciones realizadas), me parece cuanto menos ingenuo pensar que en las actuales circunstancias de crisis económica, con millones de españoles engrosando las listas del paro, el factor decisorio en intención de voto sea únicamente la actitud que los partidos tienen respecto del aborto. Sería cuanto menos novedoso en lo que llevamos de sistema partitocrático que algunos españoles tuvieron el privilegio de poder darse.
Pero aceptando siquiera como hipótesis que esto pueda ser determinante en el voto, lo único que revelaría la encuesta de ABC es que mucha gente prefiere un aborto libre aunque formalmente restringido, que un aborto totalmente libre. Es decir, que si dejáramos de lado cualquier otra consideración en la elección del voto e interpretásemos la encuesta de ABC sesgadamente por lo que la gente opina sobre el aborto (como hace Arsuaga), en España, ahora, ganarían los abortistas moderados (sic) frente a los radicales (dejando de lado que todo aborto es radical por naturaleza y que hablar de aborto moderado es tan grotesco como decir que el terrorismo de ETA es moderado frente al terrorismo radical islámico, pero permítaseme la licencia en esta entrada).
Asumiendo que Arsuaga entiende el éxito en este caso como el efecto que han podido tener dichas movilizaciones en la intención de voto de los españoles, nos surge la siguiente pregunta:¿Qué relación guarda la intención de voto a partidos abortistas con el triunfo del "derecho a vivir" que propugnaban supuestamente estas movilizaciones?. Habría que acudir en todo caso a ver los datos de los partidos marginales y liberticidas genuinos defensores del derecho a vivir y que no parecen haber sido olvidados en la gráfica. Si dichos partidos hubieran mejorado, podríamos entender que existe después de tanta movilización una mayor concienciación por este derecho. Sin embargo, Arsuaga considera irrelevante dichos datos por lo que seguimos sin encontrar relación entre una cosa y otra. A no ser… que lo que quiera decirnos Arsuaga realmente sea que la intención de las campañas de DAV no fuera nunca la de contribuir a la defensa del “derecho a vivir” (entendido como derecho que protege y condena cualquier atentado contra la vida), sino que los fines perseguidos fueran de otro tipo, no sé…por ejemplo… favorecer electoralmente a un determinado partido o desgastar al partido del Gobierno. Quizá, no haya que ir tan lejos, y realmente el fin perseguido fuera impedir la ampliación del aborto sin interés partidista alguno, pero entonces… ¿toda vida importa?.